Daño cerebral
Cuando ocurre un daño cerebral por un ictus, tumor o un traumatismo, el cerebro produce una reorganización para intentar compensar el área dañada. Entonces, se produce una pequeña disfunción en áreas que no están afectadas, como consecuencia del trauma.
El cerebro al trabajar como un todo y requiere cierta activación para poder actuar, funcionar, aprender o reeducar las conductas que se han deteriorado. Con el trauma esta activación se ve mermada, lo que lleva a observar en los pacientes una mayor lentitud a la hora de ejecutar o aprender. Esto se puede observar más claramente a nivel motor, lo que es un reflejo de cómo el cerebro está funcionando. Otras áreas como la capacidad de pensar también se ven enlentecidas aunque esto no es tan fácil de observar a simple vista, en muchos casos.
Entre las áreas cognitivas que menos activación tienen, se ve afectada la capacidad de aprendizaje, que es la que más nos preocupa, pues es determinante de cara a la rehabilitación. Este aspecto es lo que se entrena con en el neurofeedback.
Con el neurofeedback conseguimos que el cerebro este más despierto o activo para ser entrenado por otros profesionales como logopedas o fisioterapeutas. Lo que ayuda a que la recuperación de las áreas sea mayor y en un menor tiempo, pues aumenta la eficacia de las sesiones y el trabajo que se realiza con estos pacientes. Mejorando su aurosal.
En este aspecto, el trabajo del neuropsicólogo con la ayuda del neurofeedback es un aspecto determinate en la evolución del daño.