Según Paul G. Swingle, miembro de la directiva de la Asociación Psicológica Canadiense, los niños y niñas que acuden a consulta por miedo a relacionarse en situaciones formales, miedo a mantener una conversación, a comer o leer en público, miedo a hablar a figuras de autoridad o a personas desconocidas, presentan un patrón EEG muy característico.

Por un lado, las ondas cerebrales Alfa, se encuentran en mayor proporción en áreas frontales del hemisferio derecho. Los puntos donde se observa una mayor actividad Alfa según el Sistema Internacional 10-20, son el FP2, F4 y F8.

En general, en los niños y niñas en los que se observa un exceso de onda Alfa en esta zona cerebral,  pueden presentar ansiedad o miedo intenso en situaciones sociales a las que está expuesto al posible examen por parte de otros, pero también se pueden observar comportamientos agresivos o desafiantes y en general, dificultades en el manejo de las habilidades sociales.

 En el caso de los adultos, se ha observado una elevada proporción de Alfa en la misma región, ante conflictos o crisis de pareja o rupturas de relaciones.

Por otro lado, en la región occipital, hay un aumento de la onda cerebral Beta, lo cual está más relacionado con dificultades para tolerar situaciones de estrés y reducir los niveles de ansiedad.

Los puntos más característicos donde se localizan elevadas amplitudes de onda Beta son el O, O1 y O2. También parece relacionarse este exceso de amplitud de onda, con la falta de sueño, pensamiento acelerado, conductas de automedicación y, el consumo y la dependencia a sustancias como es el caso del alcohol, medicamentos y otras sustancias tóxicas.

Información obtenida de: 

www.SwingleClinic.com

Miriam Benavides

Psicóloga

 

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