Actualmente se vive en la sociedad de lo rápido, de lo inmediato; se tolera poco la espera y la postergación de la gratificación o de las recompensas. Si algo se puede obtener de forma rápida y fácil ¿para qué valorar otra opción quizá más lenta pero más beneficiosa?

Evidentemente, esta idea en algunos casos es acertada, funcional y adaptativa puesto que si no cualquier tipo de consecución supondría un esfuerzo enorme y muy costoso para el cual no se estaría preparado en todas y cada una de las situaciones de la vida cotidiana diaria. No obstante, hay ocasiones en las que permitirse un cambio menos rápido pero en contraposición menos superficial, más duradero, permanente y eficaz probablemente conlleve mejores beneficios para uno mismo. Este es el caso de la salud y del afrontamiento de determinados tipos de sintomatología.

En España hoy en día, y según lo confirman diversos estudios, existe una tendencia a la excesiva medicación y a la auto-medicación para el abordaje de diferentes patologías y síntomas: se pone una tirita a la herida, lo cual es rápido y poco costoso, sin embargo, cuando ésta se retira probablemente la herida continúe estando y no esté curada. Así pues, dado este inconveniente, los estudios revelan que con otro tipo de tratamientos igualmente pueden remitir y/o desaparecer estos síntomas, incluso de un modo más permanente, puesto que al producirse un aprendizaje dirigido a cómo manejar esos síntomas, se adquieren unas herramientas que permiten que éstos sean controlados de manera eficaz. Una de las herramientas disponibles y con buenos resultados constatados mediante la realización de diferentes investigaciones es el Biofeedback, instrumento que permite obtener una señal objetiva (feedback) de la variable en medición con el objetivo de modificarla, en la dirección deseada, para su control y en consecuencia para el control de los síntomas que la alteración de la misma produce.

Además, y a diferencia de otros tipos de tratamientos, el Biofeedback posee una serie de ventajas las cuales permiten que se de una intervención:

  • No invasiva.
  • Sin efectos secundarios.
  • Duradera y permanente puesto que se produce un aprendizaje.
  • Adaptada a la problemática y a las manifestaciones sintomatológicas que presente el sujeto.

Aida Mañero

Psicóloga

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