Mejora de la atención sostenida con neurofeedback

Mejora de la atención sostenida con neurofeedback

Dentro del concepto de atención, ampliamente estudiado e investigado por numerosos autores, es posible diferenciar y distinguir varios subtipos en función de los diferentes criterios y los diferentes procesos implicados. Así, una de las distinciones más comúnmente llevada a cabo fijada en base a  los mecanismos implicados es, a grandes rasgos, la que diferencia entre atención selectiva, atención dividida y atención sostenida (o mantenida).

La atención selectiva se considera como “la capacidad para seleccionar, de entre varias posibles, la información relevante a procesar o el esquema de acción apropiado, inhibiendo la atención a unos estímulos mientras se atiende a otros” (Modelo Clínico de atención de Sohlberg y Mateer, 1987,1989).

La atención sostenida, considerada la más afectada dentro de los Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad, se viene a definir como “la capacidad de mantener una respuesta de forma consistente durante un período de tiempo prolongado. Se divide en dos subcomponentes: se habla de vigilancia cuando la tarea es de detección y de concentración cuando se refiere a otras tareas cognitivas. El segundo es la noción de control mental o memoria operativa, en tareas que implican el mantenimiento y manipulación de información de forma activa en la mente” (Modelo Clínico de atención de Sohlberg y Mateer, 1987,1989).

Dada su afectación en el denominado de forma abreviada TDAH, diversos han sido los estudios llevados a cabo para profundizar en su evaluación e intervención y, de este modo, conseguir el logro de su mejoría. En este sentido, el estudio que se presenta a continuación plantea como objetivos:

  • Valorar si, a través del entrenamiento con Neurofeedback, puede mejorarse la atención selectiva y la considerada concentración en niños escolarizados sin problemas de aprendizaje, así como
  • Valorar la posibilidad de su generalización.

Para ello fue empleada una muestra de N=65, con niños con edades comprendidas entre los 8 y los 9 años.

Los resultados obtenidos mostraron:

  • Mejoras de carácter significativo en lo relacionado con la atención sostenida y la atención selectiva.
  • Mejoras en lo relativo al propio control atencional.
  • Incrementos en la precisión del procesamiento cognitivo.
  • Incrementos en el equilibrio establecido entre la velocidad de ejecución y el número de errores cometidos (precisión).

Información extraída de:

http://revistas.uned.es/index.php/RPPC/article/view/12921/pdf_22

http://www.ugr.es/~setchift/docs/introduccion_procesos_atencionales.pdf

Aida Mañero

Psicóloga

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