Tras la amputación de algún miembro, el conocido como miembro fantasma es el resultado más común al que ha de hacer frente más de la mitad de los pacientes que han sufrido la experiencia de la amputación. Las sensaciones habituales que las personas podemos tener en nuestros brazos, piernas, manos o pies, se van a seguir dando aun habiendo sido amputado algún miembro y generalmente viene acompañado de dolor que se experimenta de manera muy intensa.
La primera descripción que se realizó de la sensación de miembro fantasma se remonta al año 1511, por el cirujano francés Ambroise Paré, y, es en el año 1872, cuando el neurólogo norteamericano, S. W. Mitchell, acuña el término y publica un estudio sobre personas amputadas durante la Guerra de Secesión.
Para evaluar la eficacia del tratamiento con Biofeedback Electromiográfico (EMG) en pacientes con dolor de miembro fantasma tipo constrictivo, se lleva a cabo un estudio en el que participan seis usuarios, de los cuales, tres completaron el tratamiento.
Esta fue la información recogida en relación a los pacientes:
- Datos socio demográficos
- Causa de la amputación
- Tiempo transcurrido desde la amputación
- Localización
- Creencias sobre el miembro fantasma
- Descripción de las sensaciones dolorosas
- Intensidad, frecuencia y duración
- Repercusiones en la vida diaria
- Información diaria a través de autorregistros para evaluar la intensidad dolorosa (0 = no hay dolor, 10 = dolor intolerable)
Entre los criterios de inclusión destacaron:
- Mayoría de edad: 18 años
- Conectados con la realidad
- Sensaciones dolorosas persistentes en la parte del cuerpo amputada
- Sensaciones del tipo: punzadas o presión
- Dolor de miembro fantasma de tipo constrictivo
- Amputación del miembro superior (brazo)
- La zona amputada o cercana a ella, se ha recuperado del procedimiento quirúrgico
- Dolor no explicable por presencia de otro tipo de alteración, ya sea física o mental
Cada uno de los pacientes, participaron en 10 sesiones que se distribuyeron semanalmente (dos sesiones) y finalizado el tratamiento, se llevaron a cabo dos seguimientos: al mes y dos meses, después de dar fin a las sesiones de EMG. Los tres coincidieron en que la intensidad del dolor y la percepción del miembro fantasma aminoraron.
Estos son los datos correspondientes a los tres usuarios que participaron en el estudio:
M, de 23 años de edad:
- Amputación desde hace tres años
- Unos días después, sensación descrita como punzadas
- Sensaciones en la mano, muñeca y antebrazo
- En ocasiones, efecto telescópico
- Dificultades para dormir debido a los dolores
- Tras las diez sesiones de tratamiento:
- Se mitigan las sensaciones en el antebrazo y muñeca
- Desaparece el efecto telescópico
- Menos dificultades para conciliar el sueño
- Reducción del dolor: 59.00%
T, 55 años de edad:
- Amputación transhumeral brazo derecho desde hace ocho meses
- Sensaciones desde el primer momento de la amputación
- Sensación de la totalidad de la mano unida al muñón
- Tras finalizar el tratamiento con EMG:
- Disminución escasa de sensaciones en la palma de la mano y dedos
- Atenuación mayor de sensaciones de la palma
- Mejora en la conciliación de sueño
- Menor fatiga y dolor en la zona amputada a la hora de realizar actividades diarias con el miembro no amputado
- Reducción del dolor: 70%
G, 64 años de edad:
- Amputación del brazo izquierdo por encima del codo desde hace 41 años
- Dolor en los dedos y en la palma de la mano
- Finalizado el tratamiento:
- Prácticamente las mismas sensaciones en los dedos
- Sensaciones en la palma, disminuidas
- En ocasiones, en días de mucho trabajo y esfuerzo, el dolor dificulta conciliar el sueño. El resto de los días, menos dificultades para dormir
- Reducción del dolor: 10%
Tras los resultados obtenidos, puede ser considerado el Biofeedback EMG, como una alternativa en el tratamiento para el dolor de miembro fantasma.
Información obtenida de:
Villalobos Fernández, L. A. (2015). Biorretroalimentación EMG para el dolor de miembro fantasma constrictivo. Un informe de tres casos. Universidad de Costa Rica. Clínica y Salud 2 (2015) 97-102
Miriam Benavides
Psicóloga