Tratamiento de insomnio primario con neurofeedback

Se ha venido a definir el insomnio como aquel trastorno del sueño caracterizado por la manifestación que expresan aquellas personas que sufren dificultades para conciliar y/o mantener el sueño, por presentar un tipo de sueño fragmentado, múltiples despertares o baja calidad del mismo.

Existen diferentes criterios de clasificación de los problemas relacionados con el sueño; uno de estos criterios establecidos es el que se considera en función de su etiología, donde es posible distinguir entre insomnio primario y secundario. Según el manual diagnóstico DSM-IV, los criterios para esta patología son:

A. El síntoma predominante es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no tener un sueño reparador, durante al menos 1 mes.
B. La alteración del sueño (o la fatiga diurna asociada) provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C. La alteración del sueño no aparece exclusivamente en el transcurso de la narcolepsia, el trastorno del sueño relacionado con la respiración, el trastorno del ritmo circadiano o una parasomnia.
D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, delirium).
E. La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica.

Su tratamiento más habitual es el farmacológico y/o la intervención cognitivo conductual, no obstante, nuevas vías de investigación al respecto ofrecen otro tipo de posibles abordajes, cuya ventaja más destacada es la no aparición de efectos secundarios principalmente. En este sentido, diferentes estudios llevados a cabo hasta la fecha evidencian la efectividad de la intervención en el insomnio con Biofeedback y Neurofeedback, a través del trabajo dirigido a la modificación del patrón de actividad cerebral así como de otras variables fisiológicas alteradas e implicadas.

Dichas investigaciones corroboran la hiperexcitación existente en los sujetos con insmonio, tanto en su forma fisiológica como cognitiva. “La fisiológica se expresa en los pacientes de insomnio por la tasa elevada de frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, los niveles de cortisol, y la tasa metabólica de todo el cuerpo, mientras que la cognitiva se expresa a través de los pensamientos caracterizándose por las cogniciones intrusivas que son negativas para el paciente” (Cortoos et al., 2010).

En concreto se observan “mayores niveles de actividad de alta frecuencia de ondas beta y gamma en el EEG durante el inicio del sueño y la polisomnografía. Concretamente se observan niveles más altos de ondas beta durante la vigilia en el período de iniciación del sueño (Lamarche & Ogilvie, 1997), y niveles más altos de beta y gamma durante el sueño NREM y REM (Merica et al., 1998; Cortoos et al., 2009; Perlis et al., 2001), cuando en circunstancias normales, estos procesos deberían estar atenuados o inhibidos (Schabus et al., 2014), hecho que refleja una hiperexcitación cortical”.

Igualmente, de cara a la intervención en individuos con patologías de insomnio, las investigaciones mencionadas muestran que mediante la modificación y adaptación de sus propios patrones de actividad cerebral se obtienen resultados satisfactorios relacionados principalmente con la disminución de la latencia del sueño, así como con el aumento del tiempo total y la calidad del mismo.

Información extraída de:

http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/136007/TFG_2014_SafontRamosA.pdf?sequence=1

https://www.researchgate.net/profile/MARIA_JOSE_JURADO/publication/

251182395_Insomnio_diagnstico_manejo_y_tratamiento/links/543538f40cf2bf1f1f283051.pdf

http://www.psicomed.net/dsmiv/dsmiv13.html

Aida Mañero Ocarranza

Psicóloga

Venta de xxxxxspot_img