Con esta investigación, se ha pretendido comprobar la eficacia de un programa de intervención en el que se establecen cuatro componentes esenciales en el trabajo con pacientes que han desarrollado un trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Los componentes que destacan Richard Gevirtz y Constance Dalenberg, ambos pertenecientes a la Escuela de Psicología Profesional de California, son: la psicoeducación, la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la última incorporación, el Biofeedback.

Se ha visto que al incluir en dicho programa técnicas somáticas como es el caso del entrenamiento basado en el Biofeedback como medio para lograr mantener constante la tasa cardiaca, la eficacia del mismo es mayor.

Estos autores destacan en el artículo, el caso de David, de 46 años de edad, que tras experimentar un suceso traumático (explosión causada en la empresa donde lleva a cabo su labor profesional), desarrolla un trastorno de estrés postraumático. Para lograr la evitación de cuanto recuerda del suceso, se refugia en el consumo de sustancias.

A través del entrenamiento en la variabilidad de la frecuencia cardiaca (HRV) se pretende que David pueda ejercer un control voluntario sobre ella y así poder facilitar un mayor control de las emociones negativas que están afectando a su salud.

 El trabajo que se está desarrollando en este campo, señala la necesidad de incluir esta técnica como complemento a las terapias señaladas anteriormente. De tal manera que cada uno de los cuatro componentes señalados, refuerza y aumenta la eficacia de los otros componentes.

 Miriam Benavides

Neuropsicóloga

Información obtenida de:

http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.175.3955&rep=rep1&type=pdf

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