La gente que presenta sintomatología ansiosa suele presentar un estilo de personalidad controlador y se muestra a la expectativa, por lo que los síntomas fisiológicos activan al sujeto y acrecienta su ansiedad. El intentar controlar los síntomas hace que estos aumenten, y cuando se intentan manejar su activación es tan elevada que es difícil volver a la línea base. Por ello el biofeedback enseña al sujeto a darse cuenta cómo se encuentra su organismo, le ayuda a detectar cuando hay una activación para así evitar que esta aumente y le afecte en mayor medida.
Stephanie M Dreis, Angela M Gouger, Edward G Pérez, G. Michael Russo, Michael A Fitzsimmons, Mark S. Jones, llevaron a cabo un estudio para analizar la efectividad de protocolos de entrenamiento en neurofeedback QEEG.
Analizaron 19 casos a los que hicieron una pre-evaluación y post-evaluación con cuestionarios.
Se llevó a cabo un entrenamiento con una periodicidad de 2 veces a la semana en sesiones de 30 minutos en la zona frontal y corteza sensoriomotora disminuyendo los estados de ondas lentas y muy rápidas y reforzando los estados de ondas alpha.
Tras el entrenamiento se vieron mejoras en la evaluación de los síntomas, problemas de pensamiento, somatización y evitación.
Información obtenida de:
http://www.neuroregulation.org/article/view/15620
Belén Pozo
Psicóloga